Mitología del olivo.- Un fenicio llegó a Grecia y fundó una hermosa ciudad. Todos los dioses se dieron cuenta de que era una ciudad prometedora y empezaron a decidir quién le pondría nombre. Al final, sólo quedaron Atenea y Poseidón. Zeus anunció que le pondría nombre quien creara el objeto más útil para la humanidad. Con su tridente, Poseidón produjo un caballo. Cuando el dios explicó sus cualidades, parecía que Atenea no tenía oportunidad de ganar. Ella, en cambio, produjo un árbol de olivo. Y cuando les explicó los muchos usos que podría tener su madera, fruto, follaje, ramas, etc. y explicó que el olivo era signo de paz y prosperidad, siendo el caballo símbolo de guerra y ambición, su regalo fue reconocido como el más útil y ganó el premio. Atenea le dio su propio nombre a la ciudad (Atenas), cuyos habitantes la honraban como su diosa protectora.